10/40/70. El último bolchevique (Chris Marker, 1993)

En el caos que sigue a la caída de la Unión Soviética, Chris Marker se interroga frente a la tumba de Alexander Medvedkin buscando respuestas. Construye una película que desde la memoria de este cineasta ruso alcanza a toda una generación y a un país hasta llegar al borroso presente.



















10:00

Victor Diomen, el hombre que recuperó una copia perdida de La Felicidad, película maldita de Medvedkin, para ponerla en circulación, habla a la cámara sobre su autor: “Luego, entendí su tragedia. La de un comunista puro en un país de comunistas que fingían serlo”. Afortunadamente, Marker no se conforma con esa sencilla explicación que divide al mundo entre los auténticos y los impostores.



















40:00

“Si las imágenes no existían, se fabricaban”. Dos comunistas que fingen serlo: los actores torturan a un supuesto preso alemán, posiblemente en un estudio de cine. Marker interroga siempre a la imagen, en este caso la de los films de propaganda nazi que acusaban a los soldados de Stalin de crímenes atroces. La escena de tortura viene precedida de una larguísima pila de cadáveres. Una vez más, la ficción no sólo se anticipa sino que estimula a la realidad.


















70:00

Josef Stalin aplaude una representación en el palco de un teatro. Aparentemente, un comunista de verdad. ¿Pero es Stalin o se trata de Mikheil Gelovani, el actor que lo interpretó durante 15 años en el cine? ¿Quién osaría filmar al dictador arriesgando su vida? Muchos desaparecieron de la foto por apuntar con el objetivo donde no debían, muchos otros disfrutaron de una cómoda posición por filmar la fantasía de los planes quinquenales. Gelovani murió el día del cumpleaños de Stalin, pero no antes que el dictador sino tres años después, en su casa de Moscú. Gelovani y Medvedkin, para algunos funambulistas, para otros simplemente funcionarios.



Daniel García



1 comentario:

Victoria dijo...

hace poco me nombraron a Marker y me insistieron en que era un gran director. yo ni lo conocía. y ahora, después de bastante tiempo de no hacerlo, entro aquí y hay un post sobre él! qué bueno! un saludo.