Mur Murs (Agnes Varda, 1980)


En escena entra un hippie barbudo, sonriente, que da vueltas sobre sus patines, portando una cámara de fotos en sus manos. Dispara sin criterio alguno. "Aquí, el clima y la luz son propicios. Te paseas, y sueñas con Los Ángeles, lo que es, lo que podría ser, y lo que esconde en ella". Sigue disparando fotos. En cuadro entran mujeres posando delante de los innumerables murales grafiteados que pueblan la ciudad. Rostros de toda índole en los muros, inmensos grafitis que hablan de la integración, de la historia de la ciudad; la "muralidad" angelina. Agnes Varda quedó fascinada por esta orgiástica explosión de color mientras avanzaba entre tantas y tantas avenidas gobernadas por palmeras, y decidió volver con su cámara para filmar una película de una hora sobre los muros y su significación en la ciudad. Mostrando a estos artistas explicando el porqué de sus obras, de las situaciones contradictorias que dibujan (maravilloso el mural donde un cowboy entre los matojos de una pradera contempla cómo da vueltas en el espacio un astronauta), acaba ella misma siendo una muralista más, porque "Mur Murs" no es más que un colorido mural sobre la vida desenfadada en Los Ángeles a finales de los setenta. Tiene razón el hippie barbudo. Con "Mur Murs", paseas por Los Ángeles, sueñas con Los Ángeles, lo que es, y lo que esconde en ella.